Retail deportivo: en tiempos revueltos, ¿existe la incertidumbre?
25/04/2022 ARTÍCULOS
Creo que es por condición humana que siempre estamos muy pendientes y atareados en la búsqueda de un entorno de negocio y de gestión controlado, confortable y duradero en el tiempo, para así sentir que tenemos todo bajo control. Pero también es, por esta misma condición, que entramos en estados de inseguridad e incluso histeria (dependiendo de la dimensión de lo que te juegas) ante cualquier factor externo que distorsione y o interrumpa esta búsqueda de armonía y equilibrio.
Alberto Mastral, CEO de BM Sportech y autor del artículo
Ahora mismo, salvo que las noticias avancen alguna novedad futura y ahora impredecible, se suma a nuestro cúmulo de situaciones pasadas una guerra en los países del Este que amenaza nuestro entorno más próximo y nos está desestabilizando nuestra área de confort… Entramos en ansiedad, aderezada de noticias que tratan la inmediatez con el mismo énfasis que se olvidan de ella y… ¿qué será lo siguiente?
Sin querer restar un ápice de horror y drama a la actualidad, lo cierto es que, si lo miramos con cierta perspectiva temporal, SIEMPRE están presentes estos factores o cúmulo de ellos, que en mayor o menor medida nos impactan en nuestro equilibrio y eso se llama EL ENTORNO de donde surge la necesidad de la GESTIÓN.
No me iré muy lejos, pero en los últimos 15 años, por poner un limite en el tiempo lo suficientemente significativo, hemos pasado por estafas piramidales macroeconómicas, guerras y no solo la actual, que nos interesa en función de lo que nos afecta y es que guerras desgraciadamente siempre hay, dramas causados por la naturaleza (maremotos, terremotos, inundaciones…), rupturas de macro alianzas comerciales entre naciones (véase Brexit.), pandemia a escala mundial incluida… Solo por citar algo. Y, ¿hablamos de incertidumbre?
Ya sé que todo esto queda muy retórico, pero yendo al asunto, la realidad de todo esto es que si algo es evidente es la pura CERTIDUMBRE. Certidumbre de que, a consecuencia de todo lo que ya sabemos, la disponibilidad de materias primas se va a ver mermada, las producciones van a sufrir retrasos e incluso cancelaciones, las logísticas serán determinantes en las disponibilidades de mercancía, los costes energéticos van a influir en las operativas y modelos de gestión y, al final, los incrementos de costes afectaran sí o sí al consumo.
El impacto para nuestro sector deportivo no es, ni será, ninguna excepción, ni siquiera para el mercado español. Es más, si somos capaces de dar un paso atrás para coger cierta panorámica de situación, en esto vamos por delante, y esto es bueno porque si nos tomamos un tiempo para analizar y reflexionar, podemos aprender de ello.
No es ningún secreto que el sector del ciclismo lleva ya más de doce meses con problemas de desabastecimiento de producto provocado exclusivamente por los efectos de la pandemia y sin necesidad de ninguna guerra de por medio. Los segmentos de calzado, textil y complementos deportivos también acumulan seis meses con problemas de producción y, por consiguiente, ahora se ven afectadas directamente las entregas también por la pandemia y sectores como los relativos a los deportes de invierno lo sufrirán en seis meses, porque es ahora cuando están teniendo problemas en las producciones. Todo esto, incluyendo modificaciones de tarifas a lo largo de estos meses y que evidentemente afectan al precio final de los productos terminados y por ende directamente al consumidor. Es decir, al final el clásico “efecto domino” de libro o también, si nos emplazamos a “la teoría del efecto látigo”, el latigazo sabemos que es siempre la parte final para el consumidor de a pie, y todos somos consumidores.
Si ahora aparece otro elemento de distorsión como es la guerra actual y las consecuencias que ya vamos conociendo, además de las que intuimos, podemos concluir y con CERTEZA que esto va para largo.
Creo que ha quedado claro que estos factores externos, de mayor o menor calado, no son sino elementos que afectan al mercado, o a los entornos de gestión, y que hacen del mismo algo maleable. Haciendo una fácil correlación con el primer principio de la termodinámica formulada ya hace unos cuantos siglos, podríamos decir que “el mercado ni se crea ni se destruye, solo se transforma”, y en esas tenemos que estar, atentos a la transformación.
La industria del deporte, la del retail deportivo y la de la gestión deportiva en todos sus niveles, van cobrando cada vez más relevancia conforme avanza en la sociedad la idea de convivir en un estado del bienestar y de la salud constante. Por ello, es importante tener claro la relevancia de nuestro rol como gestores y saber que, aun en el actual escenario y los que vendrán, vamos a tener afecciones, llamémoslas recortes presupuestarios de la administración, reducción de las inversiones de empresas privadas, recortes de presupuestos en esponsorizacion y patrocinio, eliminación y ajustes de becas, reducción de ventas, incrementos de precios y un largo etcétera, en función de cual sea nuestro puesto y nivel de responsabilidad. Luego, la pregunta que nos tenemos que hacer es: ¿cómo nos adaptamos? Pues siendo PROACTIVOS.
Se suele decir que la anticipación es la clave para garantizar soluciones rentables y eficientes. Esta capacidad de anticipación, combinada con la de transformación, adaptación y resiliencia, todas ellas tienen que venir de la mano de la GESTIÓN. Los gestores debemos tener la SERENIDAD suficiente para analizar en profundidad los posibles efectos en nuestras áreas de implicación y cómo decidir sobre ellas.
Tenemos que adecuar nuestras decisiones, partiendo del momento actual y extrapolando de manera responsable no solo los resultados o datos, sino cómo están afectando ya los diferentes factores externos en nuestras áreas de responsabilidad, y todo ello con PRUDENCIA. Garantizar los medios y recursos MÍNIMOS IMPRESCINDIBLES para el desarrollo de nuestra actividad, asegurando las prestaciones de los diferentes servicios que de nosotros dependen. Debemos ser RESPONSABLES en la designación y ajuste del gasto, buscando siempre un resultado que. no solo nos permita sortear la situación, sino, y esto es lo más importante, estar preparados para la siguiente.
Al final no es nada más ni nada menos que aplicar la LÓGICA en los modelos de gestión. Y aunque parece fácil e incluso banal decirlo, desgraciadamente no siempre se hace. Tenemos que aplicar modelos de gestión a largo plazo válidos en el corto plazo que nos permitan dinamizar la salida de las diferentes situaciones con el suficiente impulso para afrontar la siguiente ola, que a buen seguro y con CERTEZA vendrá… tarde o temprano.