Me resulta complicado separar la razón del corazón cuando se trata de hablar de unos JJ.OO. En plano personal viví una experiencia que me marcó para afrontar el resto de mi vida, en las Olimpiadas del 2008-2012 y los propios Juegos Olímpicos del 2012. Ahora, en el 2021, he tenido la oportunidad de poder vivir los “Juegos Olímpicos 202One”, esta vez cómo técnica del Consejo Superior de Deportes, desde el prisma de la gestión. Cada Juego Olímpico es especial, único, diferente… aunque Tokyo 2020 se lleva la palma.

Centrándonos en una perspectiva de gestión, me gustaría destacar que estos juegos "burbuja de la pandemia” han sido los más paritarios, los más costosos y los que han contado, como todos sabemos, con el menor número de aficionados en las gradas de los estadios, ninguno.

En total, desde el 1 de julio del 2021 se detectaron 327 infecciones por el coronavirus entre los extranjeros y japoneses que llegaron a los Juegos Olímpicos, aunque con una incidencia de 0,02% entre los deportistas (muy poco). Estos datos pusieron en boca de la organización la posibilidad de cancelación de estos JJ.OO. Tokyo 2020. En meses precedentes al inicio del evento, Japón solicitó un informe para conocer el coste económico de una hipotética cancelación junto con la de los JJPP, elevándose dicha cifra a unos 1,81 billones de yenes (13.560 millones de euros).

Finalmente hemos podido estar de principio a fin en la cita olímpica por excelencia, viviéndolo y vibrándo con el equipo español y con el resto del mundo.

Bajo el lema "United by Emotion", Japón quiere hacer ver al mundo en pocas palabras que “nos unen más cosas que nos separan”.

Además de esta frase tan universal, hemos encontrado diferentes acciones vinculadas a la sostenibilidad del planeta, como puede ser:

- Las camas, fabricadas con cartón, reciclables tras la conclusión de los Juegos Paralímpicos, aunque se haya hablado que eran “antisexo”, no ha sido esta su finalidad…
- Los podios de las ceremonias, hechos de plástico reciclado proveniente de botellas de champú, donadas por los ciudadanos y recuperadas de los océanos.
- La antorcha olímpica, ha sido elaborada en base a desechos de aluminio provenientes de viviendas temporales que se construyeron después del Gran Terremoto, que asoló el este de Japón en 2011.
- Las medallas olímpicas, usando metales reciclados de los teléfonos móviles y otros pequeños dispositivos electrónicos en desuso que han donado los ciudadanos japoneses.

A nivel económico, Tokyo 2020 serán los JJ.OO. más caros de la historia, ya que al inicio de su gestión, antes de la pandemia, se presupuestó en cerca de 10.700 millones de euros. Sin embargo, a causa del aplazamiento de 1 año de estos juegos, el presupuesto ascendió a 2.374 millones de euros más. Y todo esto, recordando que no van a haber ingresos económicos por venta de ticketing por la anulación de público, que estaba estimada en unos 691 millones de euros.

Alberto Ginés. campeón olímpico de escalada deportiva    FOTO: COMITÉ OLÍMPICO ESPAÑOL

Desde una perspectiva deportiva, me siento una afortunada de poder haber vivido momentos históricos, como presenciar el oro compartido en salto de altura entre Barshim y Tamberi, un record mundial de triple salto de Yulimar Rojas junto al bronce de Ana Peleteiro, el partido entre EE.UU. y España baloncesto masculino, el último partido en la selección de los hermanos Gasol, al igual que Laia Palau. El primer oro olímpico en escalada deportiva logrado por Alberto Ginés con tan solo 18 años, además extremeño. La plata “conflictiva” de Ray Zapata con el empate a puntos con el israelí, campeón olímpico… Sus lágrimas en el pódium hicieron florecer sentimientos en cada uno de los espectadores. En mi retina quedarán las lágrimas de la derrota por deportistas que tanto han luchado por estar en un pódium olímpico.

Como viene siendo habitual cada vez que finalizan unos Juegos Olímpicos, a raíz de los de Barcelona 92, el debate está encima de la mesa. ¿Cuál es el mejor programa/proyecto deportivo de los países mejor posicionados en el medallero? Italia, Francia, Australia, Nueva Zelanda, Gran Bretaña, Holanda… En fin, desde mi perspectiva, analizar los planes estratégicos de estos países es muy importante, aunque debemos de saber cuáles son nuestros ingredientes.

Para concluir, tenemos por delante un gran reto en nuestro país, el primero caminar juntos (¿sabremos?) hacia un presente-futuro en el cual se presenta una gran oportunidad de hacer cosas grandes. Tener un plan estratégico que contenga un proyecto coordinado y en cooperación con el sector del deporte para realmente tener éxito. Hagamos bandera del lema tan especial de estos Juegos: “United by Emotion”.

Lo hicimos una vez, ¿por qué no más?