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"Sistema deportivo local: ¿Quo vadis-2?", por José Luis Berbel 

  07/03/2021 LA GESTIÓN DEPORTIVA SEGÚN


Hace ya años que escribí un artículo, publicado en diferentes revistas de nuestro sector que se titulaba: “Gestión Deportiva: Quo Vadis”… Eran momentos similares a los que vivimos ahora. Es para mí un verdadero placer plasmar algunas consideraciones y propuestas sobre un tema que me apasiona y al que he dedicado gran parte de mi vida personal y toda la profesional, hasta ahora…y en torno al que voy a seguir haciéndolo hasta que pueda.

Uno se siente verdaderamente privilegiado al haber podido vivir intensamente el desarrollo de  la Actividad Física y el Deporte, así, en mayúsculas, en nuestra sociedad y haberlo podido compartir con muchos compañeros de viaje, de toda España, en este largo camino de la Gestión del Deporte.

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José Luis Berbel, durante el Congreso de FAGDE celebrado en 2015

Y digo esto porque, precisamente este mes de abril de 2021, va a ser el de mi jubilación “oficial”. Hasta aquí ha llegado la dedicación absoluta a mis responsabilidades profesionales como Jefe del Área de servicios deportivos de un importante ayuntamiento. Estoy totalmente de acuerdo con Andrés Gisbert en su acertado e interesante artículo “Una retirada a tiempo”, publicado en la revista Deporcam, número 28  del año 2016,  y mi retirada profesional está llegando. Hay que dar paso a los jóvenes que, con toda seguridad, afrontarán nuevos retos, con nuevos medios y métodos y, sobre todo, con mayor energía que la que uno ya puede aportar. Y también, ojalá sea así, con la misma ilusión que la de mi generación.

Esta nueva situación, de alguna manera, libera a uno de posibles condicionantes que limitan la capacidad de opinión y de actuación. Es por ello que, desde otra perspectiva totalmente altruista, uno se plantee la posibilidad de colaborar en aquello que le apasiona: la gestión de la actividad física y el deporte. Y se da la oportunidad de hacerlo, disponiendo de su tiempo libre,  a través de una Asociación que nació hace dieciséis años y que, al parecer, en estos momentos, demanda ser atendida. Algo mal habremos hecho cuando, después de tanto  tiempo, tenemos asociaciones de gestores que necesitan de ello. Vaya gestión la nuestra…

En esta misma línea de liberación anteriormente aludida, pienso que algo parecido es lo que está pasando con el Sistema Deportivo Local (SDL).

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Berbel, junto a la expresidenta de AGEPIB Neus Mateu

Cuando respiro el ambiente del SDL de hoy, tengo una sensación de estancamiento rancio, obsoleto. Lo siento como un sistema alejado de la realidad, de la necesidad de avanzar hacia el desarrollo de la Salud, la Educación, la Igualdad, la Integración, la Relación social, la Economía, el Ocio… y por tanto el Bienestar a través de la Gestión de la Actividad Física y el Deporte.

Seguramente pocas cosas son más importantes hoy que la articulación de este sector para producir los beneficios que tanto necesita nuestra sociedad. Y mucho más en la situación socio-sanitaria que estamos viviendo todavía y de la que esperemos salir más pronto que tarde. Pues no, hay algo que nos retiene estancados hasta hacer sentir este olor a caduco y que nos retiene paralizados, desanimados (interesante palabra ésta), en una situación muy poco adecuada ni conveniente.

Analizando nuestro SDL estoy totalmente de acuerdo en la descripción de unos hechos irrefutables que son los que plantea Juan Correal, en su artículo “Disolución del Patronato deportivo municipal de Benálmadena”, publicado en la revista Deporcam del pasado mes de febrero del presente año. Efectivamente, uno de los factores determinantes de la situación presente viene dada por la evolución sufrida por los Organismos Autónomos del Deporte, en forma de Servicio, Patronato, Instituto, etc… que se crearon con la intención de agilizar la gestión administrativa y económica y que en su momento permitieron alcanzar grandes objetivos. Estos organismos han evolucionado para llegar a convertirse en administraciones paralelas a las de los ayuntamientos de los que dependen, duplicándose, por lo tanto, todos los procesos de la gestión económica, administrativa, jurídica, de recursos humanos  etc… Los procedimientos ordinarios y ya no hablemos de los extraordinarios, propios de la administración pública, con su rigidez, han pasado a ser los que hoy rigen también a los Organismos autónomos… como no puede ser de otra manera, seguramente.

Por lo tanto cualquier procedimiento puede eternizarse hasta lo inimaginable, al verse duplicado cualquier proceso jurídico y económico-administrativo necesario, lo que conlleva inevitablemente el colapso de cualquier gestión por parte de esos teóricamente “ágiles” organismos autónomos. Y este problema puede extrapolarse a todos los organismos autónomos de cualquier Área municipal, no solamente a la de Deportes.

Por todo ello, considero que los organismos autónomos han dejado de tener la función básica por la que fueron creados. Ahora toca que los ayuntamientos asuman directamente, como otra Área municipal más, las funciones que se determinen para ellas poniendo al frente de los diferentes servicios a funcionarios del propio ayuntamiento y creando nuevas plazas técnicas para cargos específicos relacionados con la gestión deportiva. Y por supuesto con un concejal al cargo de la presidencia de los mismos, pero en ningún caso, con cargos políticos como gerentes, directores generales o asesores  dirigiendo la gestión de los equipamientos e instalaciones deportivas municipales, los programas deportivos y eventos y todas las actividades y actuaciones dependientes del área de Deportes del ayuntamiento.

Por otra parte, hay una situación concreta que ha favorecido el deterioro de los procesos que debían hacer evolucionar el SDL hacia un mejor servicio a la ciudadanía, y ésta ha sido la politización de las funciones de gestión de esos organismos autónomos, retirando de ellos a los profesionales que,  en su mayor parte, lo comenzaron y designando, en su lugar, a cargos de confianza con muy poca formación, dedicación y, en muchos casos, interés.

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Pasamos de unos servicios gestionados con planificaciones a corto, medio y largo plazo, por supuesto más allá de la duración de una legislatura, aplicando conocimientos técnicos, criterios profesionales y de exclusivo interés en servir a la ciudadanía, por otros, salvo honradas pero escasas excepciones, dirigidos por “gerentes” cuyo único mérito ha sido pertenecer a determinado partido político y ser afín a personas o corrientes concretas. Su responsabilidad, en general, iba orientada fundamentalmente  a servir a los intereses del partido o la persona de la que dependían, con una perspectiva marcada por la duración de la legislatura y en la mayoría de casos, sin importarles demasiado lo que pudiese suceder más allá de la misma. En todo caso la necesidad o intereses de la ciudadanía, así como la mejor eficiencia de todos los recursos humanos, económicos, materiales, etc…era lo menos importante.

Seguramente hay otros muchos factores que habrán marcado la evolución de estos SDL, situaciones varias que han llevado a determinar una nueva legislación y normativas para un  mayor control económico, la disminución de recursos disponibles para el Área de deportes después de unas épocas de grandes inversiones en equipamientos deportivos, las crisis económicas generalizadas que han afectado a todos, etc…

Pero ahora lo verdaderamente importante es: ¿Y que hacemos con el SDL?

Desde mi punto de vista, es imprescindible realizar una profunda reflexión, comenzando por la autocrítica de todos los que hemos trabajado en este sector. Lo más fácil, siempre, es dar la culpa a lo “político”. Pero en muchas ocasiones no todo ha dependido de éstos. Muchos de nosotros, seguramente la mayoría, en algún momento nos hemos podido dejar influir por la organización y funcionamientos impuestos por determinadas actuaciones partidistas, aunque fuesen siempre dentro del marco de la legalidad. Pero hay una premisa fundamental para todos y para siempre: nunca debemos olvidar la función de quienes trabajamos en el servicio público, de nuestra responsabilidad, y tener presente que trabajamos exclusivamente para la ciudadanía a la que debemos servir.

Así mismo, hay que revisar el SDL en lo que hace referencia a  todos los programas de actividades físico-deportivas en general, a la construcción y, sobre todo reforma y  mantenimiento de los equipamientos deportivos,  a una nueva colaboración pública con el sector privado, con el deporte  profesional, la organización de eventos deportivos,  etc...

Por último, considero que el SDL debería trabajar para crear y consolidar estructuras socio-deportivas sólidas y, a ser posible, profesionalizadas con gestores deportivos con la adecuada formación, en todas las zonas de su ámbito territorial, barriadas, pueblos, etc… apoyando al tercer sector,  fomentando la creación de asociaciones deportivas y clubs que serán sin duda puntos de fomento de la Educación y la Cultura, tan necesitada en nuestra sociedad. Y con ello ayudar  a consolidar la práctica de modalidades deportivas a través de asociaciones, clubs y Federaciones que coordinen la práctica de una modalidad deportiva determinada.

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Cada uno de estos apartados y, seguramente, muchos otros serán motivo de varios artículos más, pero sobre todo de esa reflexión aludida anteriormente y de una toma de decisiones que tenga como única referencia la consecución del interés común.

Sin duda a muchos de los que hayan decidido leer estas líneas, demasiado extensas para lo que pensaba razonable, les parece una “carta a los Reyes Magos”. Pues les diría que estos deseos no son mayores que los que teníamos los que ahora llegamos a nuestra edad de jubilación, después de cuarenta años de dedicación a este sector. Entonces había muy poco, o nada, de lo que hoy conocemos como Actividad Física y Deporte, tanto en el ámbito público como privado. La mayoría de aquella sociedad no conocía lo que ahora denominamos Deporte con tanta naturalidad. Era algo reservado a unos pocos. Hubo que soñar mucho y luchar con perseverancia para alcanzar lo que hoy significa la Actividad Física y Deporte para nuestros  niños, jóvenes, adultos y mayores. Por lo tanto, no hay nada imposible, pero sin ilusión, dedicación, esfuerzo y trabajo en equipo no se consigue nada. Ánimo que es vuestro turno…

 

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