Luis Solar: "En la gestión deportiva está todo y más por hacer"
07/03/2021 NUESTRA GENTE
A la hora de hablar de alguien de los nuestros, DIRECCIÓN Y GESTIÓN DEL DEPORTE se detiene esta vez en Luis Solar, presidente de FAGDE entre 2013 y 2017 y referencia imprescindible en el ámbito de la gestión deportiva en España. A sus 70 años, este cántabro afincado hace décadas en Bizkaia no baja el ritmo y sigue impartiendo los conocimientos adquiridos en su extensa y prolífica trayectoria profesional a los jóvenes aspirantes a gestores deportivos, cuyo futuro ve con optimismo.
Ha contado en alguna ocasión que su vocación de gestor deportivo le viene ya de cuando le tocaba organizar los partidillos de fútbol en el patio del colegio.
A mí, lo que me ha gustado, con pasión, ha sido la práctica deportiva, fundamentalmente el balonmano, el ciclismo y el submarinismo. Pero bien es cierto que quienes hemos practicado deporte nos hemos visto a gestionar sus carencias, desde siempre: los metros cuadrados de patio, en número de balones, los números clausus de fichas, de equipos o de entrenadores suponen, desde que tengo memoria, déficits o límites a solucionar y eso es precisamente la base de la gestión.
Cuando inicié mi andadura como entrenador en el Club Claretianos de Leioa (Bizkaia), la forma de compensarme económicamente fue la de pedirme la rentabilización de las instalaciones deportivas del Club, que eran buenas, nuevas y numerosas.
De esa situación partió mi peregrinar por un mundo que enseguida se me planteó como ilusionante: la rentabilización deportiva en Claret era buena, pero no tanto la social y mucho menos aún la económica. De la preocupación por equilibrar los rendimientos del Club surgió la inquietud por la gestión deportiva, que desde entonces llevo como mochila y salvavidas personal.
Y la pasión por el deporte le llevo a abandonar pronto el hogar familiar…
Ciertamente, abandoné mi Noja natal con catorce años para no volver más que de vacaciones.
Primero el internado en La Salle de Santander donde tomé contacto con el balonmano, deporte-pasión que me acompaña desde hace cincuenta y seis años. El balonmano fue decisivo para que me fuese al INEF de Madrid y para que prolongase mi estancia en la capital durante cinco años tras acabar los estudios. Y de ahí a Bilbao, de donde no me moveré: de la capital de Cantabria a la de España y después a la del mundo. No veo posibilidades de mejora. Además, está cerca de Noja.
El balonmano es su primer y gran amor en lo que a deportes se refiere, ¿no es así?
Comencé a jugar a balonmano con catorce años en el colegio, a los diecinueve comencé los estudios de E.F y Deporte en Madrid, donde conocí a dos personas que influyeron tremendamente en mi vida, Domingo “Chomin” Bárcenas, y Juan de Dios Román. Mis condiciones de todo tipo, así como las circunstancias me llevaron enseguida por los derroteros del entrenamiento: comencé ayudando a Bárcenas con los porteros de la selección española en las concentraciones de Madrid. Poco después Juan de Dios me ofreció entrenar al equipo juvenil del Atlético de Madrid, con el que conseguimos tres títulos consecutivos de campeones de España.
¡Tenía tres títulos de campeón, como entrenador, con veinticinco años! El balonmano ocupaba en aquellos momentos el 120 % de mi vida: balonmano de desayuno, comida y cena. El trabajo era entrenar y pensar en la evolución de los jugadores, el ocio ver partidos y las relaciones sociales con otros entrenadores o con jugadores. No existía otro mundo, o yo no lo veía.
El balonmano era y, de alguna manera sigue siendo, mi pasión. Y las pasiones a diferencia de los hobbies, te inducen con frecuencia al sufrimiento, al “padecimiento”.
Luis Solar, con sus compañeros de KAIT en un congreso de la Asociación Vasca
Con todo, su trayectoria en la gestión deportiva la inicia una vez ya afincado en el País Vasco…
Así es, fundamentalmente con mi llegada al Club Deportivo Askartza Claret, como ya he comentado. Askartza hizo que el balonmano quedase ligado a una faceta de gestión deportiva, que, si bien no fue buscada, sí resultaría, a la postre, totalmente decisiva en mi vida.
La falta de viabilidad económica de los proyectos de balonmano y las exigencias económicas de una familia que ya se había hecho numerosa (estando en Askartza nació mi tercera hija), me inclinaron a dar un paso al lado en el mundo del balonmano para adentrarme del todo en el de la gestión deportiva.
El Ayuntamiento de Barakaldo publicitó, a comienzos de 1983 la plaza de director-gerente de su patronato municipal de deporte y eso me permitió pasar de la gestión de instalaciones privadas y ligadas a un proyecto competitivo, al ámbito del denominado posteriormente como “deporte municipal”. Seguí entrenado a jugadores juveniles en Askartza, pero el balonmano pasó a un segundo plano.
La pasión por el deporte cambió el centro de giro: de Barakaldo, tras año y medio, a Bilbao donde llegué con treinta y cuatro años y siendo, casi, un veterano de la gestión deportiva. Desde entonces no he parado.
Y se une a unos cuantos colegas de profesión para crear KAIT, la primera asociación de gestión deportiva de España.
Efectivamente, Kirol arlorako iritzi taldea, KAIT, se constituyo formalmente hace algo más de treinta y un años, el 25 de octubre de 1989, aunque informalmente ya veníamos reuniéndonos, un grupo de gestores, tan necesitados de conocimientos como de apoyo mutuo, desde unos años antes.
Me sigue emocionando ver una foto “mítica” tomada en el viejo Hotel Gran Vía, de Bilbao, el día de nuestra presentación en sociedad, aquel 25 de octubre.
Kait, surgido como un grupo de opinión, ha consolidado un sector profesional en el contexto del deporte y de la sociedad vasca. Creo que en ese sentido su aportación ha resultado decisiva.
El que hayamos sido los primeros en conformar una asociación profesional de gestores del deporte me parece más anecdótico que importante, pero si nuestro ejemplo influyó para que otras comunidades autónomas hiciesen algo similar, pues mejor. Kait, desde su comienzo, se mostró como una asociación dispuesta a la ayuda y a compartir conocimientos y experiencia.
Después llegaría FAGDE, de la que fue presidente no hace mucho. ¿Qué destacaría de su estancia como máximo representante de esta entidad?
Antes de la FAGDE llegó la presidencia de Kait. A comienzos del año 1999 dejé la dirección del IVEF del País Vasco y mis compañeros de Kait me pidieron que presidiera la asociación, lo que acepté con agrado, pero hube de dejar el puesto a finales del mismo año, dado que accedí a la dirección de Juventud y Deporte de la Diputación Foral de Bizkaia. Cuando cesé en el cargo foral me volví a presentar como presidente, sentía tener una deuda con Kait, así que entre 2005 y 2008 fui el presidente de nuestra asociación.
Años después, en 2013, en la asamblea de Kait alguien comentó que tras haber sido presidentes de FAGDE Albert, Ñito y Juan, quizás fuese el momento de presentar una candidatura de Kait, a la presidencia de la Federación. Ahí se gestó mi candidatura.
Fui presidente de FAGDE desde 2013 a 2017, de esos cuatro años destacaría, entre otras que, sin duda olvido:
• La celebración de tres convocatorias del “Premio Cagigal” a la investigación en materia de gestión deportiva.
• La creación de la revista “Gestores del Deporte”, dado que, aunque Fagde había sacado un número cero de su revista, “Gestores” creó una nueva línea editorial totalmente dedicada al entorno de la gestión deportiva. La regularidad de la publicación fue total.
• El trabajo que se realizó con algunas comunidades sobre la situación de la gestión deportiva (Valencia, Andalucía, País Vasco...)
• La confección de la Carta Española del Deporte. Cuya oficialización y difusión quedó pendiente.
• La celebración del III Congreso FAGDE en Santander.
En el Plano institucional:
• La participación en la Mesa Sectorial del Deporte, que desembocaría en la asociación “España Activa”
• El convenio de cooperación con la portuguesa Apogesd
• La cooperación regular con Munideporte
• La participación como Federación en los congresos de la SINADE (Mexico) y en la Universidad Isaza Cadavid (Colombia), y en los de Setúbal y Oporto (Portugal)
Las reuniones
• Con dos presidentes del CSD
• Con el presidente del COE
• Las dos celebradas con el Ministerio de Sanidad
En el orden interno:
• La regularidad de las reuniones, tanto de la Junta Directiva como de la Comisión ejecutiva
• La estabilidad económica que logramos para financiar la Federación, al margen de las cuotas de las Asociaciones autonómicas.
Pero, sobre todo, destacaría aquello que no logramos rematar, como los convenios con Brasil y Colombia, la publicación sobre el estado de la gestión deportiva en España, la oficialización de la Carta Española del Deporte, la presencia en la ejecutiva de organizaciones de carácter nacional significativas en la dirección del deporte para todos. Y otras como la consolidación de la Federación en la totalidad del territorio español.
Ha compaginado la docencia, labor que aún sigue desarrollando, con la gestión tanto en ámbitos institucionales como en clubs privados, caso del Athletic Club. ¿Qué le ha deparado más satisfacciones?
En el plano profesional he tenido un recorrido muy rico, que me ha permitido pasar por la gestión de entidades privadas tan diferentes como puedan ser las instalaciones deportivas de Askartza Claret o el Athletic Club. Por Ayuntamientos como los de Barakaldo y Bilbao, por instituciones como la Diputación Foral de Bizkaia o el Gobierno Vasco. También por la docencia universitaria con veintinueve cursos académicos en la universidad pública vasca UPV/EHU y cuatro en la privada “Uneatlantico” en Santander.
Todo el recorrido profesional me ha dado muchas satisfacciones, y sin duda, algún que otro sinsabor. Pero para no huir de su pregunta, hoy, a toro ya muy pasado, diría que donde más útil me sentí y quizás donde más satisfecho también, fue en la dirección del IVEF, mis primeros cuatro años, entre el 91 y el 95. Seguramente el que tuviese cuarenta años cuando accedí al puesto influye en la percepción actual.
Ya ha cumplido los 70 pero sigue en activo, emprendiendo nuevos proyectos. el concepto jubilación no va con usted, ¿no es así?
Creo que vivo mi jubilación con estricto apego a cuanto pueda tener de “júbilo”, por una parte y con la conciencia de quien sabe que está jugando los cinco últimos minutos del partido. Ambas cuestiones, aparentemente contradictorias, me llevan en la misma dirección: dedicarme con “pasión” sólo a lo que me llena de júbilo y a no perder ni un segundo en cuanto me pueda distraer.
Poder pensar en el deporte como el fenómeno social de la envergadura que tiene, con perspectiva, por un lado y experiencia por otro, es un lujo que hasta ahora no me había podido permitir.
En muchas ocasiones, a modo de broma digo algo que, en el fondo, es una gran verdad: “ahora que no tengo que ir cada mañana al trabajo, tengo mucho más tiempo para trabajar”, ya no me alquilo por horas, como decía la canción de “Aguaviva”, ahora siento, de verdad, que me falta tiempo para hacer lo que quiero: todo un lujo.
¿Cómo ve el futuro de las nuevas generaciones de gestores deportivos?
Siempre con optimismo. Les hemos hurtado las sensaciones de los pioneros y de los exploradores, pero les hemos dejado señalada la dirección de un enorme camino que apenas hemos sido capaces de comenzar: en la gestión deportiva está todo y más por hacer.
FAGDE