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Julián Eraso: "El montar tres burubujas totalmente independientes para desarrollar la Vuelta al País vasvo ha sido muy complicado" 

  07/03/2021 EVENTOS DEPORTIVOS


A principios del mes de abril se celebró la 60ª edición de la Vuelta al País Vasco, una de las pocas carreras que se celebran en territorio español incluidas en el calendario UCI World Tour, el correspondiente a la máxima categoría del ciclismo profesional mundial. Tras verse obligada a tener que suspenderla en 2020, en plena primera ola de la Covid-19, la organización ha podido esta vez sacar adelante la 'Itzulia', si bien ha debido de trabajar muy duro para adaptarse a las exigencias que la situación sanitaria requiere. Así lo explica Julián Eraso, presidente de Organizaciones Ciclistas Euskadi, entidad que gestiona este gran EVENTO DEPORTIVO. (FOTO SUPERIOR: PHOTOGOMEZ)

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Primoz Roglic, ganador de la edición de 2021, atiende a los medios  FOTO: CHARLY LÓPEZ

¿Qué balance hace, en el aspecto organizativo, de la última edición de la Vuelta al País Vasco?
El balance, a posteriori, es positivo, aunque ha sido un año muy complicado a nivel organizativo. Después de tantos años, la organización de las carreras parece que tiene que ser un trabajo repetitivo, pero nunca es así y este año con la complicación de la Pandemia hemos tenido que reinventarnos en muchos aspectos.

Se retomaba la carrera después de que el año pasado tuviera que ser suspendida como consecuencia de la COVID-19. ¿Qué supuso para Organizaciones Ciclistas Euskadi aquella suspensión tanto en el aspecto económico como en el organizativo?
Fue un golpe muy duro. A un mes vista del inicio de la carrera todas las parcelas de la carrera estaban preparadas. No puede dejarse para el último minuto ningún trabajo. Desde un año antes se están preparando todos los trabajos y muchos gastos están ya ejecutados. Es verdad que los gastos más importantes se producen con la llegada de los corredores y la puesta en marcha de las infraestructuras, pero aproximadamente el veinte por ciento del presupuesto ya está ejecutado para ese tiempo. Nivelar esas pérdidas nos ha resultado imposible, ya que nadie imaginaba que pudiera darse una situación de ese calibre, por lo que no era una situación asegurable.

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El coche de dirección de carrera, en plena ascensión  FOTO: CHARLY LÓPEZ

¿En qué medida acarrean las medidas anti-covid a adoptar en un evento de este tipo un sobreesfuerzo tanto económico como logístico?
Esas medidas, a pesar de las experiencias recogidas de las carreras que se han celebrado antes de la Itzulia, son una novedad para todos, ya que hay que personalizarlas y no hay dos carreras iguales. UCI ha preparado unos protocolos anti COVID, de obligado cumplimiento, muy estrictos, pero el papel lo aguanta todo y otra cosa es hacer realidad la teoría.

El montar tres burbujas totalmente independientes para que, la uno, la de los ciclistas, sea la más intocable y no tenga ninguna relación con la dos, la de gente de organización que está trabajando cerca de ellos pero sin mezclarse es de verdad muy complicado. La burbuja UNO, son más de quinientas personas, ciclistas y staff de equipos, que tienen que estar aislados del resto y entre sí, desde hoteles hasta en situaciones de movimientos diarios.

La burbuja dos, jueces, motoristas, periodistas, locutores, y personal que tiene que tiene que estar cerca de los ciclistas pero sin interrelacionarse es difícil de ejecutar sin que nadie se salga de sus labores.

La burbuja tres, resto del personal, es en teoría la más fácil de preparar pero difícil de que funcione bien ya que están en esta burbuja gente que está acostumbrada a trabajar codo con codo y en la carrera no podían acercarse entre ellos y su comunicación era vía teléfono u otros medios.

En el apartado económico hemos tenido un sobrecoste de unos doscientos mil euros, por gastos de PCR, antígenos, hoteles, materiales de seguridad, dobles vallados, mascarillas, etc.
En resumen, muy difícil.

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Varios corredores del Team DSM, antes de tomar la salida de una etapa FOTO: CHARLY LÓPEZ

En su caso, después del varapalo que supuso tener que suspender la carrera, al menos han dispuesto de muchas referencias en otras carreras de World Tour disputadas desde entonces para saber cómo actuar en estas condiciones…
La verdad es que hemos recogido las experiencias de grandes carreras que han aplicado los protocolos antes de la nuestra y, en estos temas hay que inventar poco. Se trata de repetir la experiencia de esas carreras y si se puede, innovar para mejorar, sin tomar riesgos.

¿Ha resultado más complicado atar los apoyos financieros, tanto privados como públicos, tras la crisis desatada por la pandemia?
Este capítulo es difícil siempre. Afortunadamente, la Itzulia no es flor de un día y creo que contamos con el respeto de las firmas colaboradoras que han apoyado casi en su totalidad el presupuesto de esta Itzulia 2021, que se ha visto afectado por el sobrecosto indicado. Hemos incorporado, con gran esfuerzo nuevos patrocinadores para paliar, en lo posible, esos aumentos en los costes.

El recorrido que se ha completado en este 2021 presenta diferencias con el que estaba previsto para la primavera del año pasado. ¿Los cambios en las etapas han sido obligados o ha sido voluntad de la organización hacer estas variaciones?
Algunos cambios han sido obligados. Hemos tenido que sustituir dos etapas, de seis, con lo que ha acarreado de cambios de recorridos, etc., pero afortunadamente se han completado con éxito.

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El pelotón, a su paso por un puente  FOTO: CHARLY LÓPEZ

¿Es duro para un organizador de carreras pedir a la afición que no se acerque a la carretera y la siga por la televisión?
Es el sentimiento más contradictorio que se nos ha presentado. Se preparan las carreras para la afición, para que disfruten del espectáculo y de los ciclistas. Se les pide siempre que estén en la carretera animando a los deportistas y nuestra afición cumple esta faceta con nota muy alta. Nota que además se la dan los mismos ciclistas. Tener que pedir a esta afición de lujo que procure no asistir a las etapas y que sigan la carrera por televisión ha sido uno de los contrasentidos mayores a los que hemos tenido que hacer frente. Afortunadamente el ciclismo es un deporte muy televisivo y se ha podido seguir al detalle.

En este sentido, teniendo en cuenta la evolución de la pandemia, ¿cómo se imagina la edición de 2022 de la Vuelta al País Vasco?
No pensábamos en el 2020 que esta situación se alargase tanto y estábamos ilusionados en hacer una carrera normal en el 2021. No ha sido así y quiero creer que el 2022 habremos recuperado la normalidad, aunque vista la situación actual no se puede ser muy optimista. Esperemos que la vacuna sea una solución y podamos recuperar los gestos del 2019 de cara a la Itzulia 2022. Ojalá sea así.

 

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