El pasado 23 de septiembre, Manel Valcarce realizó en la sede del INEFC en Lleida la defensa de su tesis doctoral, centrada en la ‘Influencia del uso de la tecnología en la adherencia de la práctica física sobre los usuarios de centros de fitness’. De este modo, este catalán de 44 años, aunque afincado en Madrid desde hace mucho tiempo, obtuvo el título de Doctor Universitario en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, otro logro dentro de una intensa carrera académica y profesional en el ámbito de la gestión deportiva. Creador y CEO de la consultoría deportiva Valgo, Valcarce nos aporta su visión transversal de una industria, la del deporte, que a su juicio se sobrepondrá a la grave crisis provocada por la pandemia de la Covid-19. Incluso cree que esta dura coyuntura puede servir para aumentar el valor que la sociedad en su conjunto otorga al deporte.

Manel Valcarce, 2º por la izquierda, junto al jurado de su defensa del tesis doctorial

En la presentación de su web personal, al hablar sobre su trayectoria profesional, afirma: “Vencí al miedo al cambio abandonando mi ciudad natal y un trabajo familiar seguro y tranquilo”. ¿Cómo fue aquello?
Mientras hacía la carrera de Educación Física en el INEF de Lleida surgió la opción de gestionar un gimnasio grande de mi ciudad. Junto con mi padre aceptamos el reto y funcionó muy bien, tenía un proyecto, estabilidad, pero me ofrecieron un puesto de dirección en Madrid. Tras valorarlo, lo acepté y supuso el inicio de una nueva vida lejos de mi entorno natal, con nuevas responsabilidades, dependiendo de mí mismo, aprendiendo y desarrollándome personal y profesionalmente, hasta ahora.

¿Sentía desde siempre esa vocación por trabajar en este lado del deporte, más enfocado a la gestión?
Siempre me atrajo el entorno empresarial y la economía, cuando acabé el instituto tenía la duda de hacer económicas o educación física, era joven, deportista, así que me decanté por INEF. En la carrera opté por hacer todas las asignaturas de gestión y ya me enfocaba en esa área. Cuando la acabé, empecé Ciencias Empresariales, sabía que mi futuro estaría orientado hacia la gestión de entidades deportivas y el marketing que también me apasiona.

En estas fechas se cumplen los 13 años de la creación de Valgo, su proyecto empresarial más señero. ¿Cómo surge la idea de ponerla en marcha? ¿Cómo fueron los inicios?
Tras estar en contacto con el sector del Fitness y el deporte más de cinco años, me di cuenta que hacía falta profesionalizar las áreas de gestión,  y las empresas necesitaban servicios que aportaran valor a sus desarrollo. De esta necesidad del mercado surge la idea de crear una empresa que pudiera cubrir ese hueco aportando buen hacer, cercanía y confianza. El proyecto arrancó con mucha ilusión y proyectos, al estar en el sector conocíamos las necesidades y a muchos clientes, así que íbamos con cierta seguridad para ponerlo en marcha.

Valgo es una empresa que abarca muchos campos relacionados con la industria del deporte: consultoría, marketing, comunicación, recursos humanos, gestión de eventos, formación… ¿Qué hace falta para poder atender a tantos frentes y tan diversos?
En realidad muchos de ellos van relacionados, porque son áreas que afectan al desarrollo y la gestión de las empresas deportivas. La consultoría implica muchas veces formación de las personas, así como el desarrollo y mejora de procesos, que pueden enfocarse en el marketing, los servicios, el área económica o los recursos humanos. Lo importante es contar con una visión global y contar con expertos en cada área en función de las necesidades de cada proyecto. Sin embargo, con la experiencia de estos años hemos ido focalizando cada vez más los servicios hacia el área de gestión y desarrollo de negocio.

Uno de esos frentes de los que hablábamos es de la formación. Usted, además de CEO de Valgo, ejerce también de profesor en varios centros universitarios. ¿Además de formar usted a futuros profesionales, también encuentra en esta labor una forma de seguir formándose usted mismo para el desempeño de su profesión en otra plataforma, como es el caso de Valgo?
Creo que la formación académica y continua es esencial para el desarrollo profesional. La sociedad y los sectores empresariales avanzan rápido, cambian, innovan, se adaptan. Los profesionales también debemos avanzar y una herramienta es actualizarse, formarse y estar al día. En mi caso, poder formar parte del entorno académico lo veo como una oportunidad para aportar conocimiento y experiencia, pero también como una opción de seguir creciendo y mejorando.

Usted tiene contacto directo con los jóvenes estudiantes. ¿Hay una buena cantera de gestores deportivos en ciernes?
Creo que cada vez hay más estudiantes interesados y con vocación orientada a la gestión deportiva. Aunque los planes de estudios se centran mucho todavía en el ámbito de la educación o el rendimiento, poco a poco se incluyen más contenidos sobre gestión, incluso hay varios grados específicos sobre esta temática actualmente. Lo que no me cabe duda es que aquellos que optan por esta salida profesional tienen las ideas claras y muchas ganas de desempeñarse lo mejor posible, y esto es un buen indicador.

En estos momentos de incertidumbre y dudas para los centros deportivos y otro tipo de organizaciones del ámbito del deporte que intentan retomar el pulso de la actividad, ¿tienen más trabajo consultorías como Valgo?
La actual situación de crisis sanitaria nos está afectando a todos, también a las consultorías. En nuestro caso, se han parado algunos proyectos de nuevas creaciones e inversiones de clientes, o acciones que implican presencialidad en su desarrollo. No obstante han surgido nuevas necesidades vinculadas a la digitalización, la adaptación del negocio, el planteamiento de servicios y oferta, que nos han permitido generar nuevos trabajos y más o menos compensar y mantener el tipo.

¿Cuál es el primer y principal consejo que usted da a los responsables de algún centro deportivo cuando acuden a Valgo en busca de ayuda para sacar su negocio a flote?
Es muy importante conocer la propia situación del centro y hacer una adecuada auditoría detectando las necesidades que puedan mejorar el desarrollo de la empresa. Posteriormente tener muy claro qué objetivos se pretenden alcanzar y trazar un plan para ello. Nuestros servicios permitirán poder llevar a cabo los procesos necesarios para cumplir con los objetivos propuestos, de forma profesional, guiada y de forma externa, algo que es muy interesante ya que no afectan las interferencias internas y disponemos de una visión distinta.

La pandemia ha traído, por fuerza, un incremento de la oferta de formación online, tanto a nivel de cursos como de congresos, reuniones e incluso de la preparación física, etc… La digitalización era, posiblemente, una de las asignaturas pendientes en el sector deportivo español. ¿No hay mal que por bien no venga?
La revolución digital es algo que ya llevaba varios años implementándose en la sociedad y los sectores productivos. En el deporte y el fitness ya podíamos apreciar su incorporación, aunque sin una presencia generalizada, en equipamientos, cierta relación con el cliente, aplicaciones, etc. La actual pandemia ha permitido una aceleración del proceso, y sobretodo una reducción de la brecha digital en las personas. Ahora es mucho más fácil llevar a cabo acciones que incorporen la tecnología puesto que los usuarios y clientes han experimentado mucho más con ella y conocen los beneficios de su uso como medio facilitador, tanto en la gestión como en el desarrollo y prestación de los servicios.

¿Cómo saldrá la industria del deporte en España de toda esta crisis sanitaria y económica?
Creo sinceramente que somos un sector que ha sufrido momentos difíciles anteriormente y ha sabido sobreponerse y salir adelante. Esta situación pasará y debemos aprender de lo que nos ha aportado para seguir adaptándonos e innovando. Tenemos como sector una gran oportunidad de trasladar a la sociedad la importancia de aquello que le aportamos, mejorando su salud, su condición física, ayudándoles a prevenir enfermedades, etc. Este concepto es el que tiene que calar entre los ciudadanos, somos espacios seguros que desarrollamos una sociedad más sana. Si conseguimos ganar este mensaje seguro que nos aportará muchos beneficios en el futuro, quién sabe, quizás reducción del IVA, considerarnos un sector esencial, algo que nos hemos ganado basado en datos científicos y en hechos reales objetivos.