AUTOR: Fernando París Roche - Presidente de FAGDE

Desde hace ya unos meses nos vienen anunciando que el inicio del curso va a traer tiempos difíciles; de hecho, los factores que los determinan – guerra de Ucrania, crisis energética en Europa y encarecimiento brutal de la energía para personas y empresas, emergencia climática real, inflación de dos dígitos desconocida en las tres últimas décadas, etc…- ya son una realidad desde hace meses y ya afectan a nuestros centros deportivos, empresas y entidades -y a millones de personas en España-; pero en nuestra conciencia y ayudados por los medios de comunicación, esa realidad incierta la hemos dejado para este otoño, no vaya a ser que se nos fastidie el verano…

Mientras eso ocurre, las grandes empresas energéticas, bancos, tecnológicas, medios de comunicación y farmacéuticas -las que de verdad mandan en el mundo, además de los fabricantes de armas- obtienen facturaciones y beneficios extraordinarios a costa de la ciudadanía, aprovechando la inflación y el precio del dinero, el coste de la energía y la reducción de la oferta, la guerra y sus consecuencias políticas, el cambio climático y la fragilidad creada por la pandemia. Y en nuestro sector, dificultades para la recuperación del uso de nuestros centros deportivos, necesidad de subir los precios para garantizar la sostenibilidad, dificultades para mejorar la remuneración insuficiente de los técnicos, conflictos para revisar concesiones públicas que se convierten en inviables, impuestos elevados para un sector que llaman y declaran “esencial” y abordar una emergencia climática -calentamiento y sequía- ya sentida y sufrida por la población.

Tiempos complejos que vienen, y que nos obligarán, nuevamente, a reflexionar y reconducir nuestras actuaciones. En Francia, más de una treintena de piscinas climatizadas municipales han tenido que cerrar por no poder afrontar los costes energéticos. Situaciones similares ocurrirán en España si los responsables políticos no afrontan con unanimidad y firmeza los cambios necesarios para corregir los desequilibrios que produce el mercado global y los que mandan en él.

Pero todo no está perdido. El humorista Quique Peinado retuiteó un resultado de la última encuesta del CIS de septiembre de este mismo año sobre la percepción de la situación económica por parte de la ciudadanía: mientras el 70% de las personas consideramos que la “situación económica” en el país es “mala o muy mala”, cuando nos preguntan cual es nuestra situación económica personal, esa cifra se reduce al 25% y más del 60% considera que su situación es buena o muy buena. En resumen, a España le va muy mal, pero a mí me va muy bien… ¿Significa eso que no sabemos percibir nuestras debilidades? ¿O será que los generadores de comunicación y los medios y redes distorsionan la realidad? No lo sabemos. Probablemente ambas cosas.

En cualquier caso, tiempos complejos y complicados -que no son lo mismo- inciertos y difíciles, que nos obligarán a replantearnos algunas cosas en nuestro trabajo diario. El Congreso de GEPACV-FAGDE de Torrevieja en octubre debería ayudarnos a reflexionar para el futuro.