AUTOR: José Luis Berbel Vallés - Presidente de AGEPIB

José Luis Berbel

Echando un vistazo hacia atrás, y no hace falta usar prismáticos para verlo, la evolución de esta actividad ha sido ciertamente impresionante. Como otras muchas en nuestra sociedad, no nos creamos únicos y exclusivos. Pero aun no siendo la única, sí que debe ser una de las más trascendentes para la vida cotidiana de las personas. En muchos aspectos que todos conocemos y en los que, sin duda, estaríamos de acuerdo. Y esta evolución se ha producido gracias a muchos factores en los que también nos pondríamos de acuerdo, pero entre los que, en sus inicios, sin duda deberíamos destacar el papel realizado por las entidades locales. Este impulso inicial vino acompañado de la aparición progresiva de una iniciativa privada que detectó una necesidad social, a la que la administración difícilmente podía seguir atendiendo, y un importante futuro de negocio. Con ello se generó la consecuente aparición de empresas que han venido a jugar un papel fundamental para el sector del Deporte entendido de forma global, no solamente en lo referente a los servicios deportivos. Esta necesaria colaboración público-privada está fuera de toda duda. Cada día se hace más imprescindible para poder ofrecer los mejores servicios a la ciudadanía, desde la administración pública. En el presente, pero en el futuro inmediato muchísimo más. Estamos delante de un interesante tema de reflexión: ¿El liderazgo hoy está ya en manos de esta iniciativa privada, más moderna, activa, imaginativa y sobre todo eficiente? ¿Cuál debe ser el papel de la administración pública frente al sistema y los servicios deportivos para la ciudadanía?

Es indudable que, detrás de todo proceso social, están las personas. Y esta evolución del Deporte se ha producido con el decisivo protagonismo de muchos gestores, hombres y mujeres, que se han dedicado a ello con pasión. Hace ya tres décadas que aparecieron las primeras Asociaciones de la Gestión del Deporte con la finalidad, entre otras, de compartir conocimientos, experiencias e informaciones entre las personas asociadas. También trabajando con la administración -la mayoría eran sus gestores- y ayudando al nacimiento de muchas empresas privadas. Han sido, y siguen siendo, el punto de encuentro fundamental para todos los sectores sociales y económicos que están implicados en eso que llamamos Deporte.

Ante la situación actual, considerando lo que significa, necesita y moviliza el mundo del Deporte, se hace necesario que estas asociaciones, cuya estructura generalmente esta poco profesionalizada, y depende demasiado de la voluntad y empeño de sus dirigentes, se transformen en entidades estructuradas, organizadas y adecuadas a los tiempos modernos para poder afrontar la situación actual y los nuevos retos. Ha llegado la hora de consolidar y modernizar estas asociaciones y asumir el rol que la actualidad les exige.

Por una parte, está el replanteamiento necesario del sistema deportivo y del rol de la administración. Por otro, el del sector privado del Deporte, mediante entidades y empresas de todo tipo que generan una importante economía directa e indirecta y son fuente de empleo, con todo lo que ello
comporta. Y las asociaciones de la gestión del Deporte deben estar ahí. Teniendo en cuenta que más del 98% de las empresas del sector del Deporte son pequeñas y medianas, es el momento de asumir el rol que corresponde a los gestores, hombres y mujeres, coordinando las funciones y representatividad de todo el sector frente a las instituciones y todo el tejido social.

Es el momento de que todas las personas involucradas en esas pequeñas y medianas empresas y entidades deportivas tengan una referencia a la que asistir y sumarse para caminar unidos, y conseguir objetivos comunes. El mundo de las PYMEs necesita de una entidad que, con espíritu integrador y de transversalidad, asuma la representación y coordinación del gran sector del Deporte. Sin lugar a dudas, este nuevo paso debe hacer crecer a las propias Asociaciones y el sector del Deporte también lo podrá hacer de una forma consensuada, estratégicamente definida hacia nuevos sistemas deportivos que conduzcan a un crecimiento coordinado y enriquecedor para todos. A modo de ejemplo, es el camino que se ha iniciado entre la PIMEM (Federación de la Pequeña y mediana empresa de Mallorca) y la AGEPIB.

Debemos ser las personas que gestionamos el Deporte las que debemos seguir estableciendo las rutas más adecuadas para que el sector se desarrolle de la mejor forma posible. Con una máxima colaboración público-privada, favoreciendo la productividad de las empresas del sector y potenciando a las entidades deportivas sin ánimos de lucro cuyo papel social es imprescindible. Por el bien de todos y especialmente de la población de la que formamos parte y a la que nos debemos.

En nuestras manos, asociaciones que gestionamos el Deporte, está el futuro.